Hoy en día ya no es suficiente con realizar complejos análisis de datos económico–financieros o centrarse en las desviaciones frente al presupuesto, hay que ser además “interlocutor del negocio”, interpretar la estrategia y diseñar modelos que permitan anticipar problemas futuros, garantizar el cumplimiento de los objetivos y metas y establecer un control eficaz y proactivo de la actividad empresarial o de sus unidades de negocio.