El acceso y capilaridad de Internet en todas las capas de la sociedad y en todo aquello susceptible de ser conectado, es ya una realidad innegable. Entre muchas de sus consecuencias, se encuentra la automatización. Un área recubierta de un halo de misterio, pero atractiva a la vez, que parecía accesible para sólo unos pocos elegidos con conocimientos técnicos.